Lo imposible

"Profesiones imposibles". "Insuficiencia del resultado". Así de drástico es Freud en Análisis terminable e interminable al referirse a tres profesiones en las que encuentra similitudes en torno a la noción de imposibilidad: la del político, el educador y el analista. ¿Imposibles en qué sentido? Podemos sugerir que en tanto su condición de incompletud estructural, dado que los productos de estas tareas, por maravillosos que puedan llegar a ser, siempre servirán para señalar la falta. 
Ahora bien, no es ni la política ni el psicoanálisis lo que nos convoca en esta ocasión. Sí, en cambio, la reflexión en torno a la experiencia de las prácticas docentes. 
En este sentido, diremos que las observaciones, entrevistas a docentes y prácticas en instituciones educativas de Nivel Superior llevadas a cabo a lo largo de estos meses, nos ubicaron de cara a la certeza de que la práctica docente implica un constante amigarse con la falta. Generalmente (y con perdón de los adeptos al vaso medio lleno) "falta" más de lo que "hay". Recursos materiales, alumnos, docentes, tiempo, motivación, políticas públicas, instituciones en condiciones esperables, sueldos dignos. Pero el análisis de estas cuestiones, aunque importante y urgente, excede el objetivo de estas líneas. A lo que quiero referirme (y acá sí el mensaje podrá resultar acaso más esperanzador) es a la posibilidad que nos brinda el vacío, la zona de desarrollo próximo que tiende al infinito, lo que aún no se alcanzó, en materia de procesos de enseñanza y aprendizaje. Es que hacer el intento de enseñar es pararse ante lo inabarcable, señalar un punto difuso, decir: "es por ahí" y tirarse de cabeza. 
Vivir la experiencia, en el sentido que da al término Jorge Larrosa, brinda un sinnúmero de elementos para pensar la teoría de un manera crítica. Fue gracias a las prácticas que descubrimos hasta qué punto la planificación debe ser flexible, porque las situaciones educativas están tan repletas de imprevistos como la vida misma. Comprendimos cuánto más importante es desarrollar competencias que permitan desenvolvernos con la altura que la situación requiere, en vez de acumular contenidos en un rincón de la memoria, que no tendrán otro fin que llenarse de polvo. Vislumbramos que los "objetivos", "contenidos", "propósitos" no surgen de un caprichoso afán de clasificar y poner nombre a las cosas, sino de una necesidad. Que la selección de contenidos requiere de criterios que van de la ética a la estética ida y vuelta en bicicleta con rueditas. Y, entre muchas otras cosas, que hay tantos modos posibles de pensar las estrategias de enseñanza como docentes y alumnos en todos los niveles de la educación formal e informal. 
Sucede que lo inabarcable del saber, sumado a la irreparable insuficiencia en el resultado de la labor del educador, nos obliga a enfrentarnos a la tarea armados hasta los dientes. No solo con vocación, buena fe y cierto cúmulo de conocimientos, sino con herramientas que da la formación docente continua, pero también (y sobre todo) la misma práctica.

Comentarios

  1. Comparto y pienso en la distancia que también hay entre lo armado y lo planificado y lo que realmente sucede en las clases. A veces siento que es hasta algo inalcanzable, que eso que puse en la teoría realmente suceda en la práctica y que tenga los resultados que espero. En algún punto es lidiar con la frustración y reconocer que no se puede todo y hay clases que van a salir bien y otras no.
    Pero lo positivo es que no sabría esto, ni lo pensaría y tampoco trataría de modificarlo si no fuese por la formación docente y con eso me encuentro un escalón más arriba.

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  2. Comparto tu comentario Romi, y me pasa lo mismo en relación a lo que se planifica y lo que efectivamente sucede en cada clase, que siempre va mucho más allá de lo pensado y de lo posible.
    Gracias Dani por poner tanta claridad a pensamientos y reflexiones compartidos sobre la práctica docente, y me quedo pensando especialmente en el último párrafo de tu reflexión, en relación a lo inabarcable, a lo imposible de tener "resultados" cerrados, y en la necesidad de sostener una formación docente permanente que nos permita, aunque no sea estar completamente "listxs para la tarea", por lo menos tener algunos elementos y herramientas, como vos decís, para aventurarnos a ella.

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  3. "Acumular experiencias, y no contenidos..." "Amar más la trama que el desenlace"... dos frases que me resuenan y creo que resumen gran parte de tu blog. Gracias Romi!

    Yami

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