La experiencia

La experiencia es "eso que me pasa". Centrémonos ahora en ese pasar. La experiencia, en primer lugar, es un paso, un pasaje, un  recorrido. Si la palabra experiencia tiene el ex de lo exterior, tiene  también ese per que es un radical indoeuropeo para palabras que tienen que ver con travesía, con pasaje, con camino, con viaje. La experiencia supone entonces una salida de sí hacia otra cosa, un  paso hacia otra cosa, hacia ese ex del que hablábamos antes, hacia ese eso de "eso que me pasa". Pero, al mismo tiempo, la experiencia  supone también que algo pasa desde el acontecimiento hacia mí, que algo viene hacia mí, que algo me viene o me adviene. Ese paso, además, es una aventura y, por lo tanto, tiene algo de incertidumbre, supone un riesgo, un peligro. De hecho, el verbo "experienciar" o "experimentar", lo que sería "hacer una experiencia de algo" o "padecer una experiencia con algo", se dice, en latin, ex/periri. Y de ese periri viene, en castellano, la palabra "peligro". Este seria el primer sentido de ese pasar. Que podríamos denominar "principio de  pasaje". Pero hay otro sentido más. Si la experiencia es "eso que me pasa", el sujeto de la experiencia es  como un territorio de paso, como una superficie de sensibilidad en la que algo pasa y en la que "eso que me pasa", al pasar por mi o en  mi, deja una huella, una marca, un rastro, una herida. De ahí que el sujeto de la experiencia no sea, en principio, un sujeto activo, un agente de su propia experiencia, sino un sujeto paciente, pasional. O, dicho de otra manera, la experiencia no se hace, sino que se  padece. A este segundo sentido del verbo pasar de "eso que me pasa" lo podríamos llamar "principio de pasión".

Jorge Larrosa en Sobre la experiencia.

Comentarios

  1. Tal cual! las experiencias son aventuras, se pueden padecer o disfrutar, y cuando vivís nuevas experiencias siempre hay incertidumbre. Por supuesto, también es asumir riesgos y todo esto deja marcas que pueden ser muy útiles si sabemos usarlas.

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  2. Qué difícil puede ser traducir "eso que me pasa" en palabras. Recuerdo sesiones enteras de terapia intentando poner palabra a una sensación que no tenía palabra. ¿Qué nos pasa con la experiencia docente?
    A mi, me suceden muchas sensaciones positivas y, a veces, negativas bastante inefables.

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